sábado, 20 de junio de 2015

Desde Argentina (2010)

Hoy hemos navegado todo el día por el lago Argentino entre inmensas masas de hielo. Creo que sólo nos falta ver el glaciar desde abajo porque el primer día lo caminamos con grampones, lo vimos desde unas pasarelas y hoy finalmente desde un barco, Pero el glaciar más bonito es sin duda uno con nombre italiano, Spegazziníi alto y rotundamente azul, que sólo puede verse desde el agua. 
Mientras, los glaciares se desangran y dejan icebergs inmensos en el lago, sobre todo en el que llaman canal de los témpanos donde todo es como sacado de un escenario. Parece imposible que haya vida aquí pero la naturaleza se las ingenia para crear insectos rellenos de glicerol anticongelante y los caballos y vacas salvajes resisten todas las temperaturas. Es imposible recrear la Inmensidad. 

(ii)
Ayer tenia una cita Importante. Hacía tanto frío en el bus que se me helaba la respiración en el cristal mientras 
atravesábamos km de carreteras inmensas, solitarias, A los lados sólo manadas de guanacos y algún cóndor 

despistado. Y de repente aparece el Fítz Roy. La cordillera hace un alto y emerge. El pueblo del Chaltén está a sus pies, fruto de las prisas porque los chilenos no revindicaran estas tierras, así que las casas son de lata, cartón o piedra según las posibilidades. Empezamos una ascensión hasta la laguna Capri que ahora está congelada. Durante dos horas la montaña desaparece de la vista y sólo quieres seguir subiendo para volver a verla. En el camino pájaros carpinteros, liebres y cóndores de nuevo. Y silencio. Sólo silencio, A lós pies de la laguna helada, ésto. No tengo palabras.

De barcos hundidos y peces (Bali 2010)

En la Segunda Guerra Mundial un barco japonés torpedeó a un carguero norteamericano que andaba por estas aguas. No consiguió hundirlo y el barco herido se dirigió a la costa Oeste de Bali donde pudo salvar su carga. 
Estuvo allí abandonado hasta que en los años 60 el volcán (uno de los volcanes de la isla) decidió que ya era hora de devolverlo a la mar, 
Ahora en cubierta tiene una alfombra de corales diminutos. Hemos buceado entre sus costillas y nos ha vomitado por una trampilla sin puerta. No sé por que extraña razón, pero parece obra de un hechizo, no se repiten los corales, ni las formas, ni los colores, ni los peces. Cada metro es un mosaico multicolor donde cada coral es una tesela y en cada una de ellas habita un ser diferente: desde peces diminutos hasta otros mucho más grandes.
!Qué deciros! Nos hemos vuelto locos: hemos echado a un pulpo negro terciopelo de su guarida, molestado a un pez payaso tocando la puerta de su casa, hecho corretear a una especie de langosta de color azul turquesa,..Otros peces han venido a saludamos y casi tenías que apartarlos con la mano para poder avanzar. 
Nos han despedido una barracuda inmóvil y una raya parda con motas moradas emborronando el fondo en busca de comida. 
Y el camino hasta allí ha sido una inmersión terrestre en la Bali profunda: desde casas como palafitos con paredes de bambú trenzado hasta pastores de patos avanzando por la carretera.




Dioses que alimentan a hombres (Bali 2010)

Bali está llena de templos, casi en cada esquina hay uno pero hoy os contaré sólo dos historias.

Ayer visitamos unos arrozales, de los más bonitos que he visto nunca porque si bien en otros países las 
terrazas son extensas, en Bali, por lo abrupto del terreno, forman casi pasillos estrechos en las laderas de las montañas. Son mediaslunas sólo interrumpidas por casitas de tejados de lata que protegen de la lluvia a los 
bueyes. En este idílico paisaje y en un arranque artístico buscando el mejor encuadre, metí un pie hasta el 
tobillo en el barro al mejor estilo asiático. Mientras me quitaba el barro en una acequia apareció la dueña de los campos y tuvimos una conversación surrealista por señas acerca de lo bonito que era su buey. El buey rumiaba impasible su hierba y creo que la dueña entendió que me lo queria comer asado. Pero al menos nos reimos 
mucho. 

Ayer os decía que Bafi se parece a la India, pero de forma muy superfical, Una de las cosas que tienen en común son las ofrendas en los templos y altares: fabrican cestas pequeñas de bambú y en ellas acomodan 
pétalos, velas y trozos de frutas. Hoy por la tarde fuimos a, visitar una ciudad y mientras miraba los techos 
pintados con historias de un Ramayana balinés me llamó la atención un viejlto que daba vueltas rebuscando algo en un altar lleno de ofrendas. Me di cuenta que escogía los trozos de frutas y los metía en una bolsa. Una mujer que iba a rezar le recriminó. ¿Por robar?

Sonrío. Los hombres alimentan a ios dioses. Esta tarde un dios alimentó a un hombre.



78 años

Algo menos de 78 años es el tiempo que nos queda por vivir juntos. 
Libros y más libros. Paseos por cualquier ciudad y sentarnos en una terraza al lado de un rio con una copa de vino blanco bien frío.
Viajar y zambullirnos durante días entre papeles, legajos, libros y fotos del Horror de Europa. Recordar a los muertos que hemos convertido en nuestros por ser las víctimas inocentes del tiempo de nuestros abuelos. Darles un nombre. Nunca olvidar. 
Buscar restaurantes Kosher allá donde vamos. 
Querer cambiar, al menos un poco, el mundo. 
No saber dónde vamos a vivir, con la creencia de que lo vamos a hacer juntos y que compararemos con una nostalgia pedante el lugar con Madrid o Berlín.
Hacer planes para luego reirnos de ellos, porque sabemos que lo más apropiado es dejarse arrollar por la Vida, esta que nos ha juntado y por la que hoy brindo contigo en la ausencia. 
Lejaim. 

domingo, 31 de mayo de 2015

El fiscal general de Munich

He pasado unos días en los archivos de Dachau, leyendo cosas terribles, viendo fotos más terribles aún de prisioneros que decidieron y dispusieron de sus vidas, en un último intento de control de las mismas, tirándose contra las vallas electrificadas o ahorcándose de un lavabo (no había escaleras disponibles que aseguraran una muerte más rápida). Un lavabo.

Dachau, de alguna forma, iba en el programa político de Hitler. Los programas políticos mienten poco y el suyo era meridianamente claro. En pocas semanas y tras su subida al poder empezó a llenar el campo con contrapensantes a su ideario. Los prisioneros del 33 y 34 sufrieron de una crueldad tremenda y extrema, si es que hay escalas en la maldad humana, porque se trataban de enemigos del régimen con nombres y apellidos, con hechos concretos y el ensañamiento que se produjo con ellos estaba derivado del odio personal.


En medio de todo este horror en forma de fotos, filminas y papeles, en la última hora del último día me esperaba encima de la mesa una enorme carpeta: los informes de las investigaciones y juicios derivados que inició, en el propio año 33, el fiscal general de Munich. Este buen señor, encarnando la Justicia, así con mayúsculas, investigó, pidió informes, hizo declarar a los SS por el trato que se daba a los enemigos del nazismo, en su mayoría ideológicos (ya vendrían los odios raciales). Molestó mucho a las autoridades y a los muertos, sacándolos de sus entierros y volviéndolos a autopsiar.


Encontrar la luz en un túnel oscuro a través del valor de este hombre de firma breve y angulosa, de los policías y forenses y testigos que dijeron la verdad, en el terror descarnado de los campos de concentración y en el miedo a las represalias, me deja vislumbrar una esperanza.


Que cuando pienso este cuadro de Goya, me estremezco.




jueves, 14 de mayo de 2015

Las fotos antiguas

La gente compra fotos viejas en los mercadillos. Fotos en blanco y negro, viradas al sepia por ancianas, con los bordes del cartón comidos, de personas desconocidas, que visten ropas pasadas de moda; familias tradicionales con padre de traje oscuro, madre con vestido y corsé, niña de trenzas y niño con pantalón corto que miran azorados a la cámara, sobrecogidos, serios. Posando para lo eterno.
La fotografía es nostalgia, en parte. Es un arte crepuscular, conmovedor, impregnado de misterio. Por el hecho de incluir, en su faceta de retrato, a otros seres humanos tan parecidos y tan opuestos a nosotros mismos, invita a la interpretación, a la curiosidad por el retratado: su nombre, su edad, su profesión, si estaba triste o feliz el día del retrato. ¿Cómo acudió al estudio? A pie, en coche de caballos. ¿La ropa era suya o el fotógrafo tenía algunas para prestar? ¿Eligió estar de pie o sentado? La que a mí que asaetea es ¿para quién se hizo la foto? ¿Su madre, su novia? ¿Para que yo la viera después de que pasaran 100 años?
En estos tiempos de inmediatez, de saturación de imágenes, cuando se borran más fotos de las que se almacenan, la gente sigue comprando fotos antiguas de desconocidos, en muchas ocasiones con una calidad artística más que mediocre. Una fotografía es una ausencia o, al menos, una pseudopresencia, un paisaje y un tiempo remotos, un pasado desaparecido. Seamos o no conscientes de ello, somos nuestro pasado, estamos ligados a él de una manera visceral, arcana, entrañable y dolorosa a la vez. Tal vez por eso necesitamos columpiarnos de los ojos de los que nos precedieron.
Declaro imprescindible las fotografías en papel, para que dentro de 100 años, quienes compren mi retrato, sigan preguntándose para quién posé esta tarde y se columpien de mis ojos.



sábado, 18 de abril de 2015

Gracias

Gracias por enseñarme a preparar las fresas, por hacer de algo tan sencillo una explosión de sabores en la boca gracias a cada uno de los ingredientes y al tiempo y al cariño invertido en lavarlas, cortarlas, revolverlas y esperarlas.
Gracias por dejarme estar contigo en la cocina, aprendiendo cómo mezclar los ingredientes y cocinar platos exquisitos cuando la nevera, aparentemente, está vacía.
Gracias por vivir conmigo los colores de la India, las aventuras en la China más desconocida. Siete días en el Tíbet. Oir rugir animales en la sabana africana en un campamento alrededor de un fuego. Teherán nevado. Nieve también en el invierno argentino, allá por fin del mundo. La casa del Ché. Y tantos otros lugares.
Gracias por hacerme entender el otro lado del español, así siempre podré seguir las películas argentinas sin perderme ni una sola palabra del diálogo, por muy enrevesado y lunfardo que hablen los protagonistas.
Gracias por irte de casa, pese a todo el daño, porque diez años contigo me han hecho lo que soy y me han preparado para ser capaz de encontrar a su lado la felicidad más absoluta.
El también te da las gracias.


martes, 17 de marzo de 2015

Casi un poema

Ochenta días, me propones.
El mundo a nuestro antojo.
Tú haces fotos, yo escribo.
O al revés, qué importa.
Retratar con palabras o imágenes
el mismo mundo que se despliega ante nosotros.
Como un teatro alegre y colorido,
lleno de protagonistas con historias iguales y diferentes.
Te miro asustada de ilusión.
¿Puedes leer la lista de mis deseos?
Fíjate qué al contarlo
casi me ha salido un poema.




jueves, 29 de enero de 2015

Intenciones


No me sale la voz para rebatirte cuando dices que tienes que marcharte, que no hay sitio para ti. El panorama no es muy prometedor con un par de muertos en el museo judío de Bruselas, unos niños tiroteados a la puerta de un colegio en Francia, el supermercado kosher de París y los neonazis campando a sus anchas en los países escandinavos y Hungría. Le Pen fuerza más votada y un ministro de defensa recién nombrado en Grecia que es miembro de Amanecer Dorado.
No corren buenos tiempos para ti y los tuyos.
Deseo que allá donde vayas nunca abandones el camino correcto en el que andas y que lleves el consuelo a los pacientes que trates, que nunca pierdas la humanidad ni la caridad y que no olvides que los médicos somos instrumentos para aliviar el dolor, del cuerpo y del alma, sobre todo del alma. Ojalá hables a tus hijos de que las mañanas de primavera huelen a flores en Madrid.
Yo por mi parte me quedo en algún punto de esta Europa herida, que sigue sin encontrarse. Seguiré protestando, recordando y luchando por hacer de ella un lugar al que puedas volver, al que los tuyos puedan volver para compartir canciones, poemas, vino y rosas. Tampoco vienen tiempos fáciles aquí, pero siento que debo permanecer ahora sí, alzando la voz, cuidando vuestro sitio.
Para que pasado un tiempo, si quieres y lo eliges, puedas venir a vivir en paz y poner flores en mi tumba.